OPINIÓN
El feminicidio en una sociedad en decadencia
LA AUTORA es economista y profesora universitaria. Reside en Santo Domingo.
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Al iniciar el 2014, ocurrieron muchos acontecimientos negativos, tanto en el ámbito nacional como en el internacional. Los hechos que más me impactaron fueron las muertes de dos mujeres jóvenes por parte de sus parejas.
Una de ellas, una niña de dieciséis años, asesinada por su concubino de 37 años. Doble horror, una niña muerta a manos de un hombre que le llevaba más de 20 años. La otra, una joven de 21 años, asesinada por su novio de 23.
Es alarmante que este mal se siga propagando sin que se tomen las medidas necesarias para eliminar de raíz tan desgraciado flagelo.
Ante esta situación debemos cuestionarnos como sociedad. Un conglomerado humano que no puede proteger ni defender a los más débiles, como son los niños, las mujeres y los ancianos, no tiene razón de ser.
Sí, debemos interpelarnos, qué estamos haciendo mal, para que todo esto se produzca, yo lo resumo en los siguientes puntos.
1.La familia. Seguimos reproduciendo los viejos patrones, en el cual a la niña se le regala el juego de cocina y la muñeca, y al niño el carro y la pistola. Estamos criando hombres que se creen que las mujeres son sus pertenencias. Estos productos, creen que nosotras existimos para hacerles la vida agradable y que el macho tiene derecho a tener varias noviecitas y hasta se les incita a ello, y la mujer debe ser la sumisa receptora de los caprichos masculinos.
2.La sociedad. Se ve como normal que un hombre que doble y hasta triplique la edad, corteje a nuestras jóvenes. La mayoría de los feminicidas tienen esta característica, es decir, le lleva muchos años a la víctima.
3.La educación formal. Los programas educativos deben elaborarse enfocados a la erradicación y concienciación sobre los principales males sociales, tales como la violencia contra la mujer, las drogas, la prostitución, la delincuencia. En cuanto a la violencia, debe tratarse de formar niñas con alta autovaloración, hombres respetuosos de sus semejantes y que valoren positivamente a las mujeres. Educar en valores. Deben fortalecerse los programas para capacitar nuestras mujeres, crear empleos, que permitan el desarrollo y la autosuficiencia de éstas.
4.El Estado. Han fallado las instituciones creadas para prevenir y proteger a las mujeres. Son muchos los casos en que las víctimas hacen las denuncias y luego ocurre la tragedia.
Considero que debemos dejar la indiferencia, antes de que sea demasiado tarde y nos pueda tocar en nuestro entorno uno de estos casos. Debemos ser guardianes de nuestras niñas y niños, sembrar en ellos los valores de autoestima y respeto. Hacer consciencia en las jóvenes de las consecuencias de las relaciones con personas mayores que ellas.
Dedicarles tiempo, tratar de proveerlas dentro de nuestras posibilidades de las cosas que necesitan. Sembrar en ellas el amor por la educación y el trabajo, como únicos factores que les permitirán progresar en la vida. Sensibilizarlas en cuanto a no dar tanta importancia a los aspectos materiales, como artículos de marca y modas de momento, ya que muchas jóvenes se van con hombres mayores, buscando que les provean de estas cosas.
En fin, se hace necesario que no seamos simples espectadores del problema, sino que nos convirtamos en protagonistas de las soluciones. Sólo con la integración de todos, lograremos combatir la violencia y la muerte de mujeres, por parte de sus parejas actuales o anteriores.
